Teodora (en griego: Θεοδώρα, c. 500-28 de junio de 548), emperatriz bizantina y esposa de Justiniano I. Gozó de gran popularidad y poder. Es santa en la Iglesia ortodoxa, al igual que su marido, y siendo su santo el 14 de noviembre. Teodora es, quizá, la mujer más influyente y poderosa en la historia del Imperio bizantino. Algunas fuentes la mencionan como emperatriz reinante junto con Justiniano I, siendo corregente.
Justiniano I (Tauresium, 11 de mayo de 483–Constantinopla, 13 de noviembre de 565) fue emperador del Imperio romano de oriente desde el 1 de agosto de 527 hasta su muerte. Durante su reinado buscó revivir la antigua grandeza del Imperio romanoclásico, reconquistando gran parte de los territorios perdidos del Imperio romano de Occidente.
Justiniano y Teodora tuvieron orígenes humildes. Flavius Petrus Sabbatius Iustinianus, como se llamaba en realidad Justiniano, había nacido hacia el año 482 d.C. en Tauresium, Tracia (actual Serbia), y era un ilirio de cultura latina.
La historia de Bizancio, “los últimos romanos”, no es ni la mejor ni la más documentada y existen muchas sombras, posiblemente mucha de la documentación propia fue destruida tras los saqueos cruzados y finalmente tras la invasión otomana de 1422.
Nos vamos a centrar en una época de esplendor, en la que reinaron los emperadores Justiniano y Teodora de Bizancio. Esta es su historia.
El 4 abril de 527, el emperador Justino, tío de Justiniano, viendo que su muerte estaba cerca, hace coronar a Justiniano como emperador asociado, pues por aquel entonces la corona no era hereditaria, sino selectiva. Cuatro meses más tarde, tras el fallecimiento de Justino, consigue una sucesión tranquila, Justiniano se hace con la corona de emperador a principios de agosto del 527. Justiniano coronó al mismo tiempo a su esposa Teodora, que pasó de ser meretriz a emperatriz, compartiendo con ella la corona y el poder.
Teodora de Bizancio, de meretriz a emperatriz Teodora era la hija de un domador de fieras del circo de Constantinopla, que al fallecer dejó a la familia en desgracia. Tuvo que ganarse la vida desde muy niña, si bien empezó en el teatro, donde destacó, realmente donde se ganó fama fue como prostituta, llegando a conseguir el afecto del heredero al trono Justiniano, que acabó enamorándose locamente de la joven y bella Teodora. Justiniano, convenció a su tío y emperador Justino para obtener su bendición y poder casarse, algo que sucedió en el año 523, él tenía 40 años y ella 23. Sea lo que fuera, o su habilidad para tratar con hombres, Teodora resultó ser una emperatriz, implicada, competente y culta, muy capaz de gobernar junto a su marido Justiniano, durante 20 años.
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